miércoles, 3 de septiembre de 2014

CREO QUE QUIERO HIJOS PROMEDIO

Durante mucho tiempo de mi vida, no fui de esas alumnas destacadas que tenían puros 70 (o en la nomenclatura actual 100) siempre fui simplemente una chica promedio, ni muy buena alumna, ni muy buena en ningún deporte, ni concursos de belleza ganados en mi haber.

De todas formas nunca fui tampoco definitivamente mala en nada, siempre fui y soy un ser humano que se ubica casi siempre dentro del promedio, pero o que siempre tuve alto, más allá del promedio fue la autoestima y la felicidad.

Me considero una persona muy feliz, sí pese a no haber sido abanderada jamás, ni nunca haber conseguido un premio de olimpiadas matemáticas o deportivas, sin nunca haber salido miss chiquitita o miss 15.
 
Ahora que soy adulta lucho día a día para ser la mejor versión de mi misma, aprendo siempre algo nuevo y no me siendo ni teniendo los mismos conocimientos en la cabeza, generalmente despierto siendo mejor, no siempre, a veces uno aprende cosas equivocadas, pero no lo hago por querer reconocimientos o para que la gente diga "uy que capa" sinceramente lo hago porque me gusta aprender y porque me gusta hacer bien las cosas.

Hoy estamos en la época del "Éxito total a cualquier costo" éxito medido por el número de reconocimientos que consigas, libretas llenas de 100es, certificados de ganador, medallas, coronas, parece que la gente ya no se sintiera inteligente si no ha ganado una olimpiada o no se sintiera bella sin corona.

Debo aceptar que me asusta escuchar de los padres que quieren que sus hijos sean los mejores en todo, en la escuela, en algún deporte, que sean bellos y bellas etc. Son muy pocos los padres que desean que sus hijos sean felices en la escuela, que disfruten aprender, que disfruten hacer sus trabajos escolares y les emocione la idea de aprender. Pero es difícil disfrutar la idea de aprender si es pecado que en el próximo examen no te saques la mejor nota a aspirar, debe ser horrible hacer la tarea entre gritos o que después de haberla terminado la tengas que volver a hacer porque "no estaba bonito" y debe ser terrible ir a la escuela cargando toda esa presión en la espalda y últimamente se pide que los niños sean quietos, que no hagan ruido, que no hablen con sus compañeros, ¡que no respiren!!! y si tu hijo es diferente listo: hiperactivo. No me malinterpreten, las queridas profes que diagnostican TDH a diestra y siniestra me dan trabajo, pero creo que en esta era, como diría mi hermana "Exageran".

Pero ¿Qué motiva a estos padres a querer tanta perfección de sus hijos? Creo que esperan que sus hijos sean exitosos, pues el éxito implica buenos estudios, buenos puestos de trabajo y la clave que une todo esto: buenos sueldos, buena plata, y creemos que esto lleva de manera automática a la felicidad.

No digo bajo ninguna circunstancia que tener buenos estudios, buenos sueldos y buena plata te condena a la infelicidad, pero ¿No sería mejor que tus hijos persigan esto porque lo desean y no por que deben?, ¿No sería genial que lo persigan por ellos mismos y no por la sociedad?, ¿No sería bello que se reten a ellos mismos cada día a ser mejores por que ellos quieren y no por una imposición social?

A ratos me pongo utópica y soñadora, lo sé, pero yo la verdad quiero hijos felices, quiero que vayan a la escuela felices, que hagan sus tareas felices y que su trabajo sea de ellos y no mio y que aprender sea placentero y no una daga sobre sus cabezas, por lo tanto creo que quiero hijos promedio, que no se tiren de año, que no aspiren a la mansión, al auto último modelo, a la presidencia del estado, (Aunque eso es fácil ¿no?), a la belleza absoluta, quiero que aspiren a la felicidad, a buscar un oficio que les permita vivir dignamente, que les de seguridad económica y que sobre todas las cosas disfruten hacer, porque créanme cuando algo te apasiona lo haces de lo mejor y cada día quieres perfeccionar tu trabajo, porque ver los resultados te enorgullecen a ti y la opinión del resto es secundaria. 

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